Buenos días rockeros y rockeras, luego de un descanso por Fiestas Patrias continuamos con el blog ochentero trayendo una canción del año 1984 cuyo sólo nombre estremece a muchas personas, sobre todo a aquellos músicos que alguna vez regresamos a casa un "Lunes por la Madrugada" luego de haber tocado la noche anterior.
Versión en vivo: http://www.youtube.com/watch?v=591aO_qLe5Y
Creación de Los Abuelos de la Nada, agrupación argentina nacida en el año 1967, pero relanzada en 1981 con una nueva formación liderada por Miguel Abuelo (Miguel Angel Peralta) y que a lo largo de su historia contó con grandes músicos como Claudio Gabis, Pappo y Andrés Calamaro. El primer disco de su segunda etapa fue producido por Charly García.
Aquí la historia de cómo nació la banda, de labios del propio Miguel Abuelo: "Los Abuelos de la Nada nacieron en un día que acompañé a Pipo Lernoud a arreglar los papeles de sus obras "Ayer Nomás" y no me acuerdo cuáles otras más a la compañía Fermata, que pertenece a Ben Molar, el señor Brenner. Recuerdo que el señor Brenner tenía una oficina con alfombras gruesas donde yo ponía mi pie y mi pie se hundía graciosamente. Con aire acondicionado (¡en esa época!) y escritorio fastuoso. Yo entré, vi todo verde, un clima raro, me sentía extraño, y me quedé en un rinconcito a mirar cómo circulaban los papeles y las firmas y las promesas. Ellos se habían olvidado de mí por un rato, pero de pronto me descubrieron, y me miraron. Y el señor Brenner, este señor Ben Molar, me preguntó: «¿Y vos que hacés, tenés un grupo?». Me dio la respuesta, te darás cuenta. Bueno, yo siempre fui un propulsor de la verdad, pero la mentira la tengo en la punta de la boca para lo que haga falta, es una herramienta. Entonces le dije «Sí, tengo un grupo». El tipo se alarmó porque fui demasiado rápido. Me dijo: «¿Y cómo se llama?». Mi computadora, que caminaba muy rápido, sondeó el fondo de mi alma y encontró una frase del gran Leopoldo Marechal[...] Esa frase del libro "El Banquete de Severo Arcángel"[...] «Padre de los piojos, abuelos de la nada». Una frase que me pegó mucho. Pintó esa frase, y así como me vino la puse en la palma de mi lengua. Y se la puse ante las orejas de Ben Molar, que inmediatamente hizo crack, algo se contorsionó en él como si agarrás una tortuga con un anzuelo y la levantás. Se contorsionó inmediatamente y me dijo: «Tienen hora de grabación dentro de tres meses en CBS Columbia. Averigüen el horario, su productor va a ser Jacko Zeller». Yo no tenía lapicera, no me moví del lugar. Pipo anotó rápidamente como buen amigo y buen aliado que era. Terminó la reunión, le di la mano y nos mandamos a mudar. Ahí le dije a Pipo: «¿Te das cuenta en la que nos metimos?». Y él me contestó: «No te preocupes. Vamos ya mismo a la plaza y encontramos a todos los músicos»."
La letra de la canción describe perfectamente las ansias de llegar pronto a casa luego de haber estado fuera de tu ciudad tocando junto a tu banda. La sensación es la de estar sentado en el bus con tu cabeza pegada a la ventana mirando “la ciudad vacía” y de rato en rato cerrando los ojos para “ver la cara sonriente de la persona que amas”. Describe la satisfacción de haber “dejado lo mejor” en el escenario tras varios días de gira y muy lejos de donde vives.
Luego de haber estado con toda la adrenalina de haber tocado, tus oídos se sensibilizan y llegas a percibir hasta los sonidos más ligeros, tu vista se nubla poco a poco y los recuerdos de la gente disfrutando de tu música se hacen borrosos, como si hubiese sido un sueño… y las caras de la gente del público parecen “dibujadas como manchas en una pared”. Pero la mejor frase, la que no sólo resume la canción y el sentimiento, sino, la vida de Miguel Abuelo es “más allá de toda pena, siento que la vida es buena hoy” debido a que a pesar de haber sufrido de una terrible enfermedad que nos lo arrebató de este mundo, él siguió amando la vida y nos quiso entregar un poco a cada uno de sus ganas de vivir “dando lo mejor”.
Lunes por la madrugada,
yo cierro los ojos y veo tu cara,
que sonríe cómplice de amor.
Días en la carretera,
yo siento aquí dentro,
la emoción de haber,
dejado lo mejor.
Yo no se
si es verdad este amor,
aquí no hay luces de escena,
y algo en mí
no se serena, no.
Yo ya no comprendo nada,
tantas caras dibujadas,
como manchas en una pared,
Noches de melancolía,
pateando en una ciudad vacía,
en la oscuridad
te busco a vos.
yo cierro los ojos y veo tu cara,
que sonríe cómplice de amor.
Días en la carretera,
yo siento aquí dentro,
la emoción de haber,
dejado lo mejor.
Yo no se
si es verdad este amor,
aquí no hay luces de escena,
y algo en mí
no se serena, no.
Yo ya no comprendo nada,
tantas caras dibujadas,
como manchas en una pared,
Noches de melancolía,
pateando en una ciudad vacía,
en la oscuridad
te busco a vos.
(quizás hoy si te pueda encontrar)
Más allá de toda pena,
siento que la vida es buena hoy,
(yo se que no es en vano este amor)
mas allá de toda pena,
siento que la vida es buena hoy.
Más allá de toda pena,
siento que la vida es buena hoy,
(yo se que no es en vano este amor)
mas allá de toda pena,
siento que la vida es buena hoy.
A fines del año 1985 se despide de la banda Andrés Calamaro marcando con esto el fin de la exitosa carrera que habían tenido "los Abuelos" desde 1981. La partida de Calamaro supuso también la salida de Cachorro López, por lo que en Diciembre de ese mismo año, la prensa aregentina daba por finalizada a la agrupación con este suceso, pero se equivocaban.
"Los Abuelos de la Nada" tenían para el 24 de febrero de 1988 una actuación en el Velódromo Municipal de Buenos Aires, la cual fue suspendida repentinamente por una altísima fiebre que había sufrido Abuelo: estaba enfermo de sida y los estragos se manifestaban en su cuerpo, a tal punto que ese mismo día decidió retirarse definitivamente de la música, sabiendo que eran sus últimos días de vida. El 26 de marzo de 1988, Miguel Abuelo falleció en la Clínica Independiencia de Munro (provincia de Buenos Aires).
Como homenaje, el 9 de mayo de ese mismo año se reunieron varios músicos de "Los Abuelos" invitando también a Andrés Calamaro llegando un poco tarde debido a una presentación que tuvo. Comenzó con la guitarra, cantando "Mil Horas", pero luego sólo se limitó a hacer los coros y a participar con su "percusión" (un par de palillos). El show estaba previsto para la una de la madrugada pero comenzó a las dos, duró sólo una hora, el calor era infernal pero la reunión agradó a todos, agolpados en la puerta simplemente para escuchar temas como "No te Enamores Nunca de Aquel Marinero Bengalí", "Lunes por la Madrugada", "Cosas Mías" y "Tristeza de la Ciudad".
Cuando un grande muere, se vuelve inmortal.
Gracias y que el Rock los acompañe.
Gracias y que el Rock los acompañe.
“Desterremos al Wachiturro y a la Culisuelta que quiere apoderarse del mundo”
Erick M Lévano.
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